El llanto de un bebé

El llanto de un bebé. Postura ranita Portabebés Ergonómicos

El pasado sábado, saliendo de un restaurante, oí a un bebé llorar. Era uno de esos llantos desconsolados e intensos. Inmediatamente me di cuenta de dónde venía: Por la misma acera iba una señora mayor empujando un carrito, a paso lento, mirando escaparates.

Dudé unos segundos pero, mientras la adelantaba, vi la cara desencajada de ese bebé de pocas semanas y fue superior a mí. No pude evitar decirle (educadamente y con voy cariñosa): «Seguro que si le coge en brazos deja de llorar». Tenía la esperanza de una respuesta positiva pero la señora me contestó, sentenciando como quien sabe lo que hace: «Déjale que llore, que eso es bueno» y añadió «Si eso es lo que quiere…Que le coja».

Mi primer impulso fue decirle mil cosas. Cosas tan sencillas como que si sabía que «eso» era lo que el bebé quería (y por tanto, necesitaba) y podía dárselo, ¿Por qué no lo hacía? Que no entendía cómo llorar desconsoladamente podía ser bueno (¿para qué??!!?). Que los bebés cuando lloran es por algún motivo, alguna necesidad y que ese bebé estaba sufriendo un estrés innecesario…Pero no lo hice. La respuesta de la señora tenía un tono con el que más bien quería decir “Métete en tus asuntos” y seguí mi camino, llena de pena y rabia, con el llanto del bebé clavándose en mi cerebro.

No podía entender cómo no le afectaba a la señora, que caminaba tranquila, totalmente inmune.

Al doblar la esquina me giré y la vi otra vez mirando escaparates, ignorando por completo al bebé. Ni un “ea, ea…”, ni un intento de mecer el carro, nada. Ni siquiera le miraba. Y yo, “metida en mis asuntos” mientras me mordía la lengua frustrada, estaba por un lado furiosa con la ignorancia y por otro sentía lástima de tanta víctima.

Y es que esa señora, que sería su abuela (una de las personas que imagino más querrían a ese bebé), seguramente pensaba firmemente que lo que hacía era lo correcto. Ignorante. Desinformada (o mal informada). Firme en sus maneras. Y me daba tanta lástima el bebé, víctima directa de esa ignorancia…Y la señora, víctima de los mitos y prejuicios.

Cada vez nos separaban más metros pero yo no dejaba de oír llorar a ese bebé.  Y por mi mente pasaban mil pensamientos.

Pensaba en todos los niños y niñas que lloraban cada día pudiendo ser calmados sin serlo. En si realmente no eran “mis asuntos” o si, como dicen, los niños y niñas no son propiedad de nadie y es un deber de todos velar por su seguridad (física y mental). En lo injusto e innecesario de aquel maltrato emocional…Y en mil argumentos para volver sobre mis pasos y explicarle a la señora sobre la necesidad de contacto, de afecto, de respuesta al llanto y que ignorar al bebé hasta que se durmiera exhausto y resignado no era lo correcto. No quiero ni imaginar su cara si, con todo, me lanzo también a hablarle de Porteo.

Pero no lo hice.

He leído muchos artículos sobre el tema pero justo ayer vi uno en Facebook que fue el que me decidió a escribir el post: Abrazar, consolar y mimar no malcría; sino que asegura, conforta y educa de la web Etapa Infantil. Y ese me llevó a otro: “Déjale que llore”, el consejo que devasta el cerebro infantil. Te recomiendo que los leas.

Pienso en ese bebé y en su día a día. En que no parecía un hecho puntual sino la norma. No sé si debería haberle echado más valor o hice bien en solo dejárselo caer a la señora e irme al ver su reacción poco receptiva.  ¿Qué hubieras hecho tú?

Un comentario de “El llanto de un bebé

  1. Meritxell Ballester dice:

    Ups! Por un momento pensé que si que te habías dado la vuelta, que mal….
    ?!Y que hacer en esos casos?! Poco, imagino que no estamos preparad@s para que una persona ajena, te pare por la calle y te diga lo que es mejor para tu bebé,… Lamentablemente estamos siempre a la defensiva, y a no ser que te cruces con alguien que tenga un don especial y te engatuse con sus palabras, solemos esquivar un consejo que aún viniendo de una buena intención, se responde con un «métete en tus asuntos»..
    Solo deseo, que algún día, a esa abuela se le despierte la compasión y el verdadero amor hacia el llanto de su bebé..
    Nota: Y que llame a Postura Ranita, que compre una buena mochila de porteo, que coloque a su niet@ y que se disfruten los escaparates junt@s!
    😉

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