Hoy me gustaría contaros mi experiencia con la Mochila Portabebés Physiocarrier, de la conocida marca de portabebés Je Porte Mon Bebé.
Nosotros vivimos en la Vila Joiosa (Villajoyosa), un pueblo de la costa alicantina con gran tradición marinera y chocolatera. Su lonja de pescado abastece a los pueblos de la comarca y sus fábricas de chocolate (Valor, Pérez, Clavileño, Marcos Tonda…) son conocidos a nivel nacional e internacional. Esa mezcla de mar y chocolate se siente incluso dando paseos cerca de la playa, donde se juntan los olores a sal y a dulce.
Puede que la conozcáis por sus bonitas casas de colores, o por sus fiestas de Moros y Cristianos, en especial por el Desembarco, un espectáculo único que os recomiendo que vengáis a ver.
El verano en la Vila pasa tranquilo…o al menos así lo pasamos nosotros: Baños tempranos en el mar, siestas a deshoras (que marca L., la peque), fiestas de Moros y Cristianos y atardeceres en los chiringuitos de las calas cercanas. Y así, a poco que nos descuidamos y casi sin darnos cuenta, nos plantamos a las puertas de septiembre, donde empieza también otra rutina, pero ya diferente.
Exactamente eso nos sucedió el año pasado. Se acababa agosto y no habíamos “salido de casa”. Estábamos pasando un verano relajado con ese ambiente festivo de pueblo de costa que os comento, pero nos apetecía montaña, campo, un poco de fresquito, otro tipo de naturaleza. Siempre pensamos en el norte (Asturias, Cantabria, País Vasco…) pero no había tantos días para ir tranquilamente y no queríamos que L. tuviera que hacer un viaje pesado en coche. Nos habían hablado de Riópar y el Nacimiento del Río Mundo (yo nunca había estado) y pensamos que era un buen destino. Senderismo, tranquilidad y cambio de aires. Perfecto.
Aconsejados por la asesora de porteo ergonómico Ana Mellinas, decidimos alquilar unos días una cabaña de madera y evitar los hoteles y apartamentos más turísticos. Fue muy acertado y os lo recomiendo totalmente. La pareja que lo gestiona es encantadora y nos dieron todo tipo de facilidades. Podéis encontrar información pinchando en la foto.
Desde allí se puede llegar andando hasta el nacimiento del Río Mundo y también al pueblo de Riópar. Las rutas no están muy bien señalizadas pero con un par de indicaciones no tiene pérdida. Eso sí, para llegar al nacimiento hay que hacer un tramo corto por la carretera que puede resultar un tanto peligroso (lo veréis después en las fotos).
Nos llevamos varias mochilas para hacer las rutas de esos días. Las probamos en paseos cortos de unos 45 min por la finca y lo tuvimos claro: íbamos a usar la Mochila Portabebés Physiocarrier. Aunque nuestra intención era madrugar y hacer el camino lo más temprano posible para evitar el sol, sabíamos que con L. las cosas no siempre salen como uno planea. Con niños/as es así…basta que organices un horario para que ese día duerman hasta más tarde, desayunen más tranquilamente o suceda cualquier cosa inesperada. Así que, o bien por si salíamos más tarde o bien porque seguro nos iba a pillar la media mañana allí (y había que volver) decidimos que la mejor opción era sin duda el panel de malla de la Physiocarrier.
Además, no sólo iba a ir fresquita L. sino que los tirantes de esta mochila son especialmente cómodos por sus generosos acolchados y por el tejido técnico de malla que cubre la parte interior y permite que el sudor se evapore rápidamente. Acertamos. Estuvimos un par de horas y media caminando, a buen ritmo pero parando a ver todo lo que nos interesaba, hasta llegar al aparcamiento donde se inicia el recorrido para ver el nacimiento.
De todo ese tiempo, L. durmió hora y media, y el resto se lo pasó mirando el paisaje, tan a gustito. Al ser la capucha también de malla, el aire no sólo circulaba por su espalda sino también por su cabecita mientras descansaba durmiendo sobre mi espalda.
No hubiéramos podido hacer la ruta sin portabebés. Ni el trayecto hasta llegar al aparcamiento ni el recorrido completo para ver el Nacimiento. El agosto pasado L. tenía un año y dos meses. Veíamos las limitaciones que tenían las familias que iban con carritos. La gran mayoría llegaban hasta el mismo aparcamiento en coche y, una vez allí, aunque algunas zonas estaban más o menos accesibles, muchos tramos eran ascendentes y el camino era de escalones. No podían llegar al mirador más alto o tenían que cargar “a pulso” con sus peques. Una de esas situaciones en las que ves claramente las ventajas de ser una familia porteadora.
A la vuelta, quisimos ir un poco de aventureros descubriendo nuevas rutas para no desandar lo andado y ver otros paisajes y… nos perdimos. Estuvimos casi cuatro horas caminando (incluida alguna que otra parada) hasta llegar de vuelta a la cabaña, de las cuales L. volvió a quedarse dormida hora y media. Por suerte habíamos almorzado bien y llevábamos fruta, frutos secos y agua de sobra. Todo controlado y súper contentos con la Mochila Portabebés Physiocarrier que sin duda fue nuestra mejor compañera de ruta.
Tarde a solas en la piscina y cena “a la fresca” con la tranquilidad de no escuchar más que los sonidos del bosque. Fue un día redondo.
Al día siguiente fuimos a visitar el Nacimiento del Río Frío, un enclave precioso a unos 100 Km de Riópar, ya en la provincia de Jaén. Íbamos convencidos de hacer otra ruta medianamente larguita con la Physiocarrier pero no fue así. El aparcamiento está muy cerca del lago y aunque desde allí salen varias rutas, el lugar es tan bonito que decidimos darle la vuelta hasta encontrar una mesa de madera con bancos donde comer el pic-nic que habíamos preparado. Merecía la pena quedarse allí y disfrutar de la tranquilidad del entorno. La Sukkiri o el Kantan Net hubiera sido suficiente.
Al tercer día nos quedamos por la finca y por la tarde noche fuimos a conocer Riópar. Había feria y mucho ambiente en el pueblo. Pero al día siguiente volvimos a irnos de ruta. Esta vez a conocer Riópar Viejo. Fuimos hasta allí en coche y nuevamente la Mochila Portabebés Physiocarrier fue el portabebés escogido para recorrer sus calles empedradas. Después de lo cómodas que habíamos ido L. y yo por el Nacimiento del Río Mundo, lo teníamos claro.
Riópar Viejo es un pueblecito con mucho encanto, tranquilo y con vistas preciosas, en el que apenas viven 3 personas durante todo el año. Recorrimos sus calles de casas de piedra restauradas (convertidas en alojamientos rurales), visitamos los restos del castillo-fortaleza árabe y subimos a la zona más alta a disfrutar del atardecer. Una vez más un precioso lugar que no hubiera sido posible visitar cómodamente sin portear. En las fotos podéis ver el tipo de caminos que hay y que L. volvió a quedarse dormida!
La verdad que fueron unos días de desconexión que disfrutamos mucho en familia. Y realmente nuestro pequeño viaje no hubiera sido igual si no hubiéramos porteado a L. Nos encantó la Mochila Physiocarrier por su comodidad tanto para mí como para la peque.
Os resumo sus principales características:
– Panel de algodón convertible en malla para los días más calurosos. Sólo hay que descorrer las cremalleras que hay en los laterales del panel de algodón y enrollarlo (se engancha fácilmente en unas tiras elásticas). La espalda del bebé-niño/a se apoya en el panel de malla que permite la circulación del aire. Muy transpirable y fresco, especialmente para el verano. Para el resto del año sólo tenemos que volver a correr las cremalleras para bajar el panel de algodón y listo!
-Tirantes con un acolchado muy suave y cómodo de 2,5cm de grosor. El interior está recubierto por el mismo tejido técnico de malla que el panel, lo que permite que el sudor se evapore fácilmente. Además, los ajustes de los tirantes son de doble dirección, para que resulte muy fácil de ajustar tanto si porteamos delante como a la espalda (detalle muy práctico!). La zona de la cintura también es especialmente cómoda y su parte interior también va cubierta con malla.
-Capucha también de malla para sujetar la cabecita del bebé cuando se duerme. Transpirable. Deja pasar el aire para evitar la acumulación de sudor.
-Altura del panel de 40cm que se puede reducir fácilmente hasta en 15cm mediante un sistema de tiras que hay en los laterales del panel.
-El ancho del panel en la parte más baja es de 33cm, pero el asiento pre-formado es bastante profundo (muy cómodo para el bebé-niño/a), lo que hace que el panel “se amplíe” unos centímetros.
-Detalle práctico de espejo para poder ver al bebé cuando le porteamos a la espalda. La verdad es que resulta muy útil (y hasta divertido) ir viendo cómo se encuentra el/la peque. Si vamos solos/as nos da tranquilidad y si vamos acompañados/as no tenemos que ir preguntando cada dos por tres.
Está disponible en 2 modelos de algodón y 4 modelos con acabado en cuero artificial. Los podéis encontrar todos en el catálogo de Postura Ranita. Mucha gente cree que los modelos en cuero serán menos transpirables pero en realidad ese recubrimiento sólo está en la parte exterior de los tirantes y la cintura (incluso resulta más cómodo para limpiar). El panel y la parte interna de cintura y tirantes son de algodón con tejido técnico de malla.
En resumen, la Mochila Portabebés Physiocarrier es una mochila ergonómica especialmente pensada para poder ser usada en cualquier época del año.
La versatilidad que ofrece el panel convertible en malla transpirable la hace perfecta para los meses de verano o días de más calor, ya no solo para disfrutar de rutas de senderismo sino para el día a día.
Espero que os haya resultado útil mi experiencia de porteo con la Mochila Physiocarrier. Si tenéis cualquier duda podéis poneros en contacto a través del mail asesoria@posturaranita.com o el teléfono 606 35 48 95.
¿Tenéis vuestra propia experiencia con la Mochila Portabebés Physiocarrier? Os animo a compartirla!
Preciosa entrada,mochila y familia
Pues me han entrado ganas de hacer esa ruta! Si es que la vida con portabebes es mucho más sencilla, con este caloret se agradece los modelos con malla
Preciosa introducción sobre Villajoyosa. Con este artículo me has transportado a río mundo, y como no porteando!